Alemania perdió 2-0 con Corea del Sur y no pasó la primera fase de la Copa del Mundo, algo que solo le había ocurrido en 1938.
El campeón claudicó en primera ronda. Alemania sufrió un inesperado revés 2-0 con Corea del Sur en Kazan, resultado que lo dejó en el último puesto del Grupo F de Rusia 2018.
El equipo de Joachim Löw, que se inclinó con justicia en su debut ante México (1-0) y superó casi de milagro a Suecia (2-1) en la segunda jornada, sucumbió así a la llamada ‘maldición del campeón’ y no podrá defender su corona el próximo 15 de julio en el estadio Luzhniki de Moscú.
Dos goles en el tiempo de descuento de la segunda mitad, uno de Kim Young-Gwon (minnuto 92) otorgado por el VAR y otro de Son Heung-min (96) tras un fallo clamoroso de Manuel Neuer en el centro del campo, hundieron a la ‘Mannschaft’ y rescataron el honor de Corea, que se va del Mundial por la puerta grande.
Después de la agónica victoria sobre Suecia, gracias a un golazo de Toni Kroos en el quinto minuto de la prolongación, la vigente campeona del mundo afrontaba una nueva prueba de fuego ante la aguerrida Corea del Sur, que se aferraba a un milagro para poder llegar a octavos.
Los pupilos de Löw, con un ojo puesto en el México-Suecia, necesitaban sumar a tres para evitar sorpresas, ya que todo lo que no fuera ganar, unido a un resultado poco favorable en el otro partido del grupo, lo dejaría fuera del Mundial. Y, de forma sorpresiva, Alemania cayó con un seleccionado de menor jerarquía y se despidió en la primera instancia de la Copa del Mundo, algo que solo le había ocurrido en 1938.